sábado, 12 de marzo de 2011

El desquite

Apretó sus dientes por enésima vez en el día y trago saliva para silenciar sus pesares, ira y odio lo envuelven, cuando sus manos empuñadas no pueden contraer mas los dedos, expira una pequeña cantidad de aire, los deseos van y vienen, la tensión es prolongada, el futuro denso, los pensamientos viajan y se materializan en dimensiones extraviadas; el tiempo no corre, el ajusticiamiento sucede y la adrenalina navega feliz por sus venas, infamias y traiciones liquidadas, ¡lo consiguió! todo con sus propias manos. De momento aparece nuevamente en su gris realidad con los dientes apretados y sus manos empuñadas. Un solo pensamiento nubla su insípida certidumbre, venganza.

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