miércoles, 26 de diciembre de 2012

Hojas en blanco

Texto extraido de la publicacion anarquista "Voluntad" Buenos Aires Argentina, abril del 2010

Partimos de la base de que todo aquello que hacemos y queremos hacer, tanto como lo que pensamos y lo que intentamos comprender, está o intentamos que esté al alcance de todxs. Tarea necesaria para poder afinarnos nosotros y con quienes nos rodeamos, no porque sea nuestra misión  o porque nos creamos la avanzada de nada, sino porque queremos contagiar las ganas y la capacidad de recuperar las riendas de la propia vida en todos los niveles en que esta florece. Sin nadie que nos ordene ni nadie en quién delegar. Es una elección que hemos hecho. Eso sí, nunca nivelando para abajo ni adornando nuestras ideas y perspectivas para hacerlas aceptables en general, sino en todo caso tratando de explicarnos con la mayor sencillez y sinceridad posible, las veces que creamos necesarias.
Somos personas que por algún motivo vemos y nos tocan el nervio todas las injusticias y elegimos hacer algo al respecto: destruir en su totalidad la dominación y sus valores. Nos reconocemos hijos del mismo sistema de mierda y de la misma sociedad esclava (y esclavizante)  que las demás personas y tenemos la esperanza de seguir encontrándonos y batallando con personas que como nosotros quieren ser realmente libres y están dispuestas a buscar esa libertad, y la convicción de que en el camino que hay que recorrer  o en el que hay que abrir, cada obstáculo es una nueva posibilidad de aprender mas de nosotros mismos y reafirmar nuestras elecciones. Y aunque a veces acecha el temor (a lo desconocido y a otras cosas que conocemos bien), lo entendemos como un camino de ida, como una lucha que realmente vale la pena.
Sabemos que somos capaces de cosas hermosas y no tanto, y que la realización de esa posibilidad esta en nosotros, que aunque condicionados por el medio, no estamos íntegramente determinados en absoluto. Predomina nuestra intención y nuestro afán.
Y aunque este sistema se empeña en debilitarnos, asustarnos y neutralizarnos  nos queda la vorágine de nuestras pasiones, lo inquebrantable de nuestras convicciones, la potencia incalculable de nuestras elecciones. No somos una historia ya escrita, desde acá en adelante no tenemos mas que hojas en blanco.





jueves, 6 de diciembre de 2012

Avanzando hacia el abismo


La creencia irrestricta en el individuo; todo está en sus manos, sabemos de la existencia de estructuras sociales que predeterminan la mente, de fuerzas coactivas que en el campo de lo material condicionan incluso hasta el extremo de generar “ilusiones” limitantes en el abanico de decisiones que tiene el individuo creando esa sensación de que todo está dado y es el ser quien se adapta a la situación. Pues no, yo creo que es el ser quien crea situaciones, y depende de él dejarse arrastrar por la vorágine sistemática (conjunto de personas que siguen las mismas normas y pautas de vida generando la ilusión de lo “normal” imponiendo códigos y formas de actuar a los demás ) o decidir autónomamente, y con esto no me refiero a que las ideas florezcan de su cabeza como por arte de magia (como si no existiera lo social y la reproducción del lenguaje) sino a que la elección entre cual de sus opciones es la mas adecuada sea auténticamente personal, por esto considero que cualquier justificación de la realidad en términos de sistemas totalizantes que estructuran u determinan la vida de las personas son meras ilusiones creadas por la  sociedad, que se sustentan en el campo de lo valorico, simbólico y moral como normas generales objetivas, es la dictadura de la objetividad de la cual habla Maturana, el conjunto de ideas consideradas como lógicas, correctas, normales, adecuadas, buenas, todas ellas solo son funcionales a la batería de jueces y policías que el sistema posee para que los individuos sigan un camino unidireccional  en sus vidas.
Pero a mi parecer siempre será imposible para el sistema totalizar por completo las voluntades, puesto que en cada individuo vivo o que supone estarlo se encuentra el germen de la libertad, las ansias de lo  desconocido, el camino desolado que te lleva a caer en el barranco, la repulsión a la paz y la quietud son inmanentes al ser, deseando siempre lo que no conoce, a superar sus limitaciones y vencer sus miedos, eso es lo que el sistema no puede prever y es nuestra gran ventaja, ser impredecibles porque no somos parte de sus moldes.
No se confundan, no repudio la experiencia social , de hecho todo lo contrario, pienso que estas son elementos fundamentales en la constitución de una conciencia individual integral y plena, en donde mientras más se experimente aun mas se cultiva nuestra subjetividad sobre el mundo, conocerlo es imprescindible. A lo que me refiero es a tener o construir la capacidad de decidir lo más libremente posible nuestras situaciones para así asumirlas como propias en completa libertad, he aquí el dilema del individuo una paradoja compleja que lo pone al borde del despeñadero, entre la razón y la locura, borrego o rebelde.
Sabemos cuán difícil es para alguien arrojarse al vacío de sus deseos y propias decisiones en reprimenda de dejarle la responsabilidad al resto para que decida por ti, es mucho más fácil delegar, mas cómodo, la sociedad está hecha para que todo sea así, para desligar a las personas de sus responsabilidades directas relacionadas con su vida, se delegan responsabilidades siempre, tanto en las salud, la educación, el transporte, la economía, hasta en  las relaciones sociales en donde el mercado te hace sentirte “cerca” de tus conocidos a través de facebook, donde se prefiere creer que somos “amigos” de alguien solo porque comentamos sus publicaciones o le damos clic a un “me gusta”, esto en conjunto con todas las delegaciones en nuestra vida cotidiana nos han despojado de nuestras posibilidades de decisión autónoma, haciéndonos creer que seguir a la norma general es la única opción posible y real. Esto representa el despojo total de nuestro discernimiento sobre nosotros mismos y nuestras vidas, constituyendo así la estructura social, conformada por voluntades que valga la redundancia, voluntariamente delegan sus opciones de vivir a cambio de una vida homogénea y predeterminada moldeada de tal forma en que ya estando sumido sea imposible cuestionar.
Es la “comodidad” una de las armas mas útiles de la maquinaria sistémica, la defino como una telaraña constituida por las distintas responsabilidades básicas del individuo que delega (o lo despojan) a la sociedad, generando esa sensación de conformidad y al mismo tiempo mantenerlo inactivo y quieto.
Es también en el campo de la lucha social donde el individuo es destituido de su responsabilidad individual para legar sus fuerzas en un recipiente supuestamente mas legitimo y representativo, me refiero a “la causa del proletariado”, en la trinchera opuesta, la sumisión ante las llamadas “condiciones objetivas”, en donde se nos impone el enemigo y se nos imponen nuestros compañeros o aliados. ¿Es la lucha de clases o mejor dicho el aspecto económico, la condicionante única que determina nuestra miseria?  Si bien es el aspecto más notorio o tácito de la miseria humana, no es el único. La terquedad con que el marxismo intenta imponer su paradigma les hace dejar de lado el causante histórico del sometimiento humano; la autoridad. Esta terquedad nace producto del interés de conquistar el poder para desplegar sus métodos, lo que los imposibilita de analizar el quid de la miseria humana, o siendo menos ingenuos, son sus ansias por el poder lo que los coloca del lado de los autoritarios.
Pero volviendo al tema del individuo, al momento de ponerse el rol de clase, es donde comienza a delegar sus responsabilidades de cambiar su realidad, por objetivos dados desde “las bases” que supuestamente buscan un horizonte mejor para todos, es ahí donde comienza la procesión, la espera por el acumulamiento de fuerzas que en el caso de que estalle solo conseguirá arriar una masa uniforme contra las armas dispuestas del capital para su aniquilamiento, lo que en ningún caso contempla individuos libres y autónomos de sus decisiones que tengan la capacidad de libre asociarse con quien deseen, fuera de reglas ni pseudo biblias dogmaticas incuestionables. Ante esto el obrerismo a claudicado, no ha podido superar los límites de la industria de roles creados por el sistema.
Por esto resulta jocoso ver como muchos piden reformar y mejorar las condiciones de miseria en las que se encuentran, ósea que se conforman con una “comodidad” que ni siquiera les satisface pues solo evidencian su indignidad, esa comodidad que más bien es mediocridad es vivir esperando, mendigando, rogar por las sobras de un chancho mal pelado.
Desde mi trinchera reivindico la autogestión total o parcial en la medida de nuestras posibilidades y opciones, reivindico el ilegalismo como manera de auto sustentar nuestra vida viviendo sin permiso de nadie en completa coherencia con nuestras ideas.
Las estructuras sociales solo guardan poder y efecto en la medida en que quienes la constituyen las subviertan o en su oposición las ejecuten, todo su poder radica en la obediencia incuestionable de las personas que sumidas en un pantano de miseria y mediocridad se conforman con la pálida realidad que les impusieron. Porque como decía Sartre estamos condenados a ser libres, según como yo lo veo, hay dos formas de alcanzarla, el suicidio o siendo uno mismo, plantando cara al tedio que nos imponen, porque es innegable que las condiciones materiales de vida son indignas, y claro es mucho mas fácil acomodarse en las formas de adornar la miseria y seguir al resto en su procesión enferma que despertar y dar cara contra viento y marea, es mucho más fácil ser masa, ser rebaño es cómodo, ahí descansa gran parte de la dominación al menos económica del sistema, muchos prefieren morir lentamente que enfrentar a la muerte, pues mueran fue su decisión, siempre estuvo en sus manos.

miércoles, 6 de junio de 2012

Catalepsia


Trabajo monótono, trabajo esclavo, trabajo bruto, trabajo indigno, sin oscilaciones, sin vida, sin cambios, muerte, resignación, tortura, espasmos, odio, escupos en la cara del patrón, conspira esclavo conspira ,acecha a tu patrón por las noches, roba su billetera, expropia sus pertenencias, quema tu lugar de trabajo, sueña con degollar a tu jefe en su sillón grandilocuente, expía tu conciencia desordenando el lugar, no vives, ¡mueres!, divagas, refunfuñas por regalías que solo humanizan la tortura diaria, engendras frustraciones en tus entrañas y la vida pasa casi sin que te des cuenta, cuando lo hagas habrá sido demasiado tarde, tendrás hijos, estarás viejo y sin fuerzas, tu pene no se erectará como antes ni tu vagina se lubricara como en sus años dorados, serás un numero más en la estadística de estrés o depresión laboral, y  te llenaran de remedios para “sanarte”, pero solo apagaran el fuego con bencina, pronto volverá a brotar la cólera y frustración nuevamente, y no lo comprenderás, no sabrás que te ocurre o porque te ocurre a ti, maldecirás la vida y a dios por haberte dado esto, pero la verdad es que todo siempre paso por tus manos, y no hiciste nada, te cagaste en los pantalones de trabajar como burro, y ahora estas ahí, mirando al techo, sobre tu cama, aprovechando tus tres horas de descanso diario alimentando tu tristeza en lo profundo de tu miseria, piensas en el suicidio y nunca antes le ves tanto sentido, ahhh ¿Ahora lo entiendes no? Al menos te diste cuenta, muchos otros siguen su procesión hacia la muerte sin rechistar, aunque mejor no hubieses despertado, porque ya es muy tarde, te mueres, el tiempo no pasa en vano, y tu ya perdiste, lo siento amigo, pero tu vida ya la decidiste, que distinta cara tenias, te recuerdo hace 30 años, esa vitalidad de la que ahora tanto adoleces antes malgastada en esa mala copia de yuppie gringo, que risa, que feliz te veías con el autito nuevo, ¿te acuerdas? Feliz feliz, si hasta decías que eras de clase media, ja aun recuerdo tu frustración cuando lo tuviste que vender porque al banco le debías hasta el alma, ahí comenzó tu desilusión, para ti todo siempre fue dinero, así tu vida se fue apagando año a año y aunque te complace ver crecer a tus hijos, te entristece saber a lo que los has traído, uff que amarga conclusión, ahora abrazas tu decepción y te arropas con la tímida sabana de la vergüenza, cierras la puerta, dejas de dar la misma función.
Como te agobia la vida que llevas, si no abres los ojos, si no sacas la cabeza para mirar por la ventanilla de este autobús, si no respiras profundo por un momento, si no te libras de tus cadenas, no te darás cuenta en la mierda en que estas sumidx. Y cuando digo sacar la cabeza, digo dejar de seguir al de al lado, sacar la cabeza por el vagón que no se detiene y ver como tu vida se te escurre por la ventana consecuencia de las manecillas del reloj que te dictaron el tiempo y te impusieron un ritmo de vida inhumano, sacar la cabeza es reflexionar sobre tus deseos y motivaciones, y notar que no se condicen con la vida que llevas, es pensar que la vida que nos hacen vivir no es porque si, que tiene una clara definición que es mantenerte explotado, es bajarse del autobús en que la sociedad va sumida y tomar tus propias decisiones en función de tus deseos y pulsaciones.
Si lo hubieses hecho probablemente estarías muertx, clandestinx, encarceladx o torturadx pero más vividx y dignx que cualquiera de estos muertxs vivxs.

martes, 1 de mayo de 2012

"Grandes sujetos, pequeños espacios. Postestructuralismo y anarquismo." x Todd May


«Querría decir algo sobre la función de cada diagnosis sobre la naturaleza del presente. Cualquier descripción debe siempre concordar con aquellas fracturas virtuales que abren los espacios de libertad entendidos como un espacio de libertad concreta, esto es, de cambio posible»
Michel Foucault

«…Obviamente toda una serie de victorias parciales e incompletas, de concesiones obtenidas de los que detentan el poder, no será suficiente para llegar a una sociedad anarquista, pero ampliará el alcance del libre actuar y el potencial de libertad en la sociedad que tenemos.»
Colin Ward

La dificultad para valorar la filosofía política de los post-estructuralistas franceses -Foucault, Deleuze, Lyotard, en particular- es inseparable de la dificultad de comprender cuál es su filosofía política general. Que ellos han rechazado el marxismo como el criterio adecuado de actuación social y política, es cosa clara. Pero con qué lo han sustituido es todavía objeto de controversias. Esto es debido al hecho de que, en vez de ofrecer una teoría política general, los post-estructuralistas nos han suministrado análisis específicos de situaciones concretas de opresión. Su atención se centra en la locura, la sexualidad, el psicoanálisis, el lenguaje, el inconsciente, el arte, etc.; pero no sobre un criterio unitario acerca de lo que es política o de las modalidades de su conducción en el mundo contemporáneo. Esta ausencia, o rechazo, de una teoría general ha llevado a algunos críticos a acusar a los post-estructuralistas de nihilismo. La base sobre la que se construye tal presupuesto es que se debe poseer una posición política previa a confrontar con la situación política presente, a fin de ayudar a comprender los defectos del presente y los posibles itinerarios para llegar a un remedio de tales defectos. El anarquismo a menudo se archiva según los mismos criterios aplicados para el post-estructuralismo dado su carácter de relativismo ético o caos voluntarista. Pero la tradición teórica del anarquismo, aunque no igual de voluminosa que la del marxismo o el liberalismo, suministra un contexto general en el ámbito del cual el pensamiento post-estructuralista puede ser situado y ser así valorado de manera adecuada. Lo que sigue propone llegar a considerar el post-estructuralismo como una forma contemporánea de anarquismo. Se discutirá en primer lugar la tradicional posición anarquista. En segundo lugar, se tomará en consideración la crítica post-estructuralista de algunos conceptos del siglo XIX que están en la base de la lectura anarquista. En tercer lugar, se esbozará un anarquismo libre de tales conceptos y más consonante con el pensamiento político francés contemporáneo, lo que podríamos denominar como un anarquismo post-estructuralista. En este esbozo se mostrará como tal anarquismo está libre de los problemas que vician lo que podría ser definido como una teorización «fundamentalista» del anarquismo.

DESDE ABAJO Y DESDE DIVERSOS PUNTOS

EN el conflicto entre Marx y Bakunin, que marcó la primera internacional, estaban en cuestión tanto el método como los fines de la organización del proletariado contra la burguesía. Lo que Bakunin encuentra errado en la política de Marx, tanto en la estrategia como en los fines, es la idea de la representación como concepto político. Allí donde hay representación hay opresión. El anarquismo puede ser definido como la lucha contra la representación en la vida pública. El pensamiento anarquista no confía en la representación política porque considera la cesión del poder como una invitación al abuso. En este sentido, no sólo el poder estatal o el económico quienes merecen desconfianza, sino todas las formas de poder ejercidas por un grupo sobre otro. La adopción directa de decisiones a lo largo de los varios registros de la vida social de una persona permite un acercamiento más descentralizado a la intervención política que el que permite el marxismo. Para este último, aunque haya toda una serie de áreas sociales que pueden, estrictamente hablando, no ser reducibles a la estructura económica capitalista, es siempre el capitalismo el que funda su posibilidad. Al fin y al cabo sólo una intervención es la que cuenta: la intervención para apropiarse del plusvalor a través de la conquista de los medios de producción y la toma de posesión del Estado. El marxismo, independientemente de cuánto ha apoyado las luchas contra el racismo, el sexismo, etc., siempre las ha visto como estratégicamente subordinadas a la lucha por el socialismo económico. Y es por esto que se presta a formas centralizadas de lucha de representación política.

CAPACIDAD NATURAL

EL anarquismo cuestiona el sometimiento de los individuos a un ideal superior, pues éste siempre tiende a eliminar la propia capacidad de reflexionar en situaciones irreductiblemente concretas. Se pide a los individuos que se subordinen a un ideal que pretende realizar su naturaleza más alta, pero que en realidad los separa de las propias capacidades de reflexión crítica y de acción ponderada. Si se quiere que los individuos estén en condiciones de actuar autónomamente, es necesario permitirles considerar las situaciones en las que se encuentran en su especificidad y materialidad, y no impulsarles a someterse a una fórmula abstracta que se impone a las situaciones desde lo alto.

Es aquí donde se encuentra el a priori del anarquismo tradicional: la fe en el individuo. La más clara formulación formulación contemporánea es la del anarquista norteamericano Murray Bookchin: «Los individuos siempre revelan poseer la capacidad natural -en los hechos una propensión- de idear soluciones sociales al mismo tiempo justas y eficaces. Es sólo en situaciones de desigualdad, en las cuales se permita a algunos individuos tener poder por encima de otros, que las capacidades individuales son deformadas y dirigidas hacia la opresión, en vez de hacia el respeto recíproco y la creatividad. Las características del privilegio y toda posición privilegiada, la característica común que distingue a todas las instituciones que oprimen -políticas, económicas, religiosas, patriarcales y de otro tipo- es la represión del potencial individual».

DESHACERSE DEL SUJETO

Hay, en la superficie, numerosas similitudes entre el pensamiento anarquista tradicional y la teoría post-estructuralista. La crítica de la representación es un tema central de los post-estructuralistas. Descentralización, actuación local, descubrimiento del poder en sus variadas facetas y no como un sólo estado, son las características que distinguen los análisis de los post-estructuralistas. Sin embargo, si se debiera caracterizar el pensamiento político post-estructuralista con una única propiedad, la elección recaería sobre la crítica de la teoría del sujeto. El anarquismo tradicional afirma que sin una confianza en el individuo no tiene absolutamente ningún sentido hablar de autonomía. El anarquismo tradicional se funda sobre el concepto de que el individuo posee una reserva que es irreductible a los ordenamientos sociales del poder. ¿Por qué la teoría post-estructuralista rechaza el concepto de autonomía individual, que es la primera piedra de la teoría anarquista tradicional? Foucault, Deleuze, Lyotard no buscan el cambio social en menor medida que los anarquistas. Pero si no tienen confianza en una reserva en el ámbito del sujeto, que constituye la fuente del cambio, ¿dónde la encontrarán? Ciertamente no en una agente externo (ideología) que ellos unánimemente rechazan. La renuncia al individuo o al sujeto autónomo como lugar de resistencia y su sustitución por «otro algo» constituye el paso decisivo de un concepto de resistencia radicado en el siglo XIX a concepciones más actuales.

Los motivos para deshacerse del sujeto como lugar de resistencia son históricas y conceptuales. Históricamente la revolución pre-anunciada por Marx no se ha verificado, al menos en Occidente. Este fracaso es en parte debido al hecho de que las clases obreras de las naciones industriales desarrolladas no han ido empobreciéndose, como Marx pensaba que sucedería. Sin embargo, la razón del fracaso de las previsiones revolucionarias está en parte adscrita a la capacidad del capitalismo de manipular la subjetividad. La Escuela de Frankfurt, por ejemplo, ha tratado de explicar la ausencia de revoluciones recurriendo a la capacidad del sistema cultural de absorber toda resistencia y, con ella, toda subjetividad. En el caso de los acontecimientos de Mayo del 68 en Francia, los estudiantes afirmaban que el capitalismo contemporáneo crea un espectáculo en el que cada uno está obligado a participar. En definitiva, la reserva de autonomía individual ha sido absorbida por los sistemas de opresión y, por tanto, no está adaptada para formar la base de un cambio social.

La puesta en cuestión de la autonomía individual, sin embargo, es más que un hecho histórico. La filosofía del siglo XX ha llegado a concebir el sujeto como una entidad cubierta de fuerzas que anteriormente eran consideradas externas a él.

LA TRAMPA DE LA IDEOLOGIA

Sin embargo, no es en favor del caos por lo que el post-estructuralismo ha rechazado las ideologías. Lo que en cambio ha ofrecido son análisis precisos de la opresión. Ellos prefieren comprometerse en lo que se ha definido a menudo como «micropolítica»: una teorización de regiones, tipos o niveles de actividad política, pero que no pretende ofrecer una teoría política general. La opresión debe ser analizada y combatida sobre muchos registros y en los muchos nexos en los cuales se descubre. Para los post-estructuralistas hay un Stalin a la espera de cada teoría política global: o se nos adapta a los conceptos sobre los cuales se basa, o bien es necesario ser cambiados o eliminados en favor de tales conceptos.

La indefinición de un modelo de sujeto a liberar es la trampa en la que han caído los anarquistas. Para el anarquismo tradicional, la anormalidad debe ser curada, en vez de expresada; y aunque es mucho más tolerante en la confrontación de las «desviaciones» de las normas en materia de sexualidad y de otros comportamientos, queda en tal anarquismo el concepto de la norma como prototipo de lo propiamente humano e individual. Este prototipo, han sostenido los post-estructuralistas, no constituye la fuente de la resistencia contra la opresión en la época contemporánea: es más, con su unidad y su actuar concreto es una de las formas de opresión.

El anarquismo tradicional, en sus conceptos ideológicos -y, además, por el hecho de tener conceptos fundacionales- traiciona las intuiciones que constituyen su núcleo. Toda ideología es una forma de representación y, por tanto, el anarquismo como crítica de la representación no puede ser construido sobre una base de conceptos cerrados y dados para siempre.

Las ideas de Foucault, Deleuze y Lyotard no buscan definir un sujeto oprimido al cual liberar y se dirigen en cambio a favorecer las luchas de los diversos grupos ofreciendo análisis, estrategias, así como críticas políticas y teóricas de las diferentes opresiones. «El intelectual no debe desarrollar el rol de aquellos que dan consejos. Pertenece a los mismos que luchan y debaten con ellos el proyecto, las tácticas y los blancos necesarios en la resistencia. Lo que el intelectual puede hacer es dar los instrumentos de análisis» (M. Foucault). El post-estructuralismo deja la decisión de cómo liberarse a los oprimidos, limitándose a suministrarles los instrumentos intelectuales que podrán ser útiles durante el camino.

Buscar una teoría general, fuera de todo conflicto específico es comprometerse de nuevo con el proyecto de construir los fundamentos ideológicos de un proyecto de representación. Más allá del punto de los valores locales que permitan resistir a lo largo de toda una serie de registros distintos, no hay más teoría, sino sólo lucha.

Por lo tanto, la teoría post-estructuralista es más coherentemente anarquista de cuanto la teoría anarquista haya dado prueba de ser. La fuente teórica del anarquismo -el rechazo de la representación mediante medios políticos o conceptuales- encuentra la más precisa articulación de sus fundamentos en los teóricos post-estructuralistas. Reiner Schurman tenía razón al definir el lugar de la resistencia en Foucault como un «sujeto anarquista» que lucha contra la ley de totalización de lo social. El tipo de actividad ejemplificado por los post-estructuralistas consiste en análisis específicos más que en una crítica global. Los anarquistas tradicionales señalaban los peligros de una dominación de la abstracción; los post-estructuralistas han tenido en cuenta estos peligros en todas sus obras. Han producido un cuerpo teórico que se desarrolla en una época que ha visto demasiada representación política y demasiada poca autodeterminación. Lo que buscan, sea el anarquismo tradicional o el post-estructuralismo contemporáneo, es una sociedad -o mejor, una serie de sociedades- en la cual a las personas no se las diga quiénes son, qué quieren y cómo vivirán; estando ellas en condiciones de decidir estas cosas por si mismas.

Estas sociedades constituyen un ideal y, como los post-estructuralistas reconocen, un ideal probablemente imposible. Pero es en los tipos de análisis y en las luchas que tal ideal promueve -análisis y luchas tendentes a abrir espacios concretos de libertad en el campo social- que reside el valor de la teoría anarquista, sea tradicional o contemporánea.

Todd May

(Extraído y resumidos de «A Rivista Anarchica», traducción Pablo Serrano)

viernes, 27 de abril de 2012

Palpitar la Vida

¿Quién quiere darle chance al corazón? Si nuestros días transcurren y no nos damos cuenta no es porque la vida sea rápida sino porque nuestros corazones ya no palpitan la vida, solo se remiten al mecánico hecho de dotarnos de sangre para poder seguir sobreviviendo ¿Cuántas veces al día sienten a su corazón latir? ¿Alguien recuerda la última vez que lo sintió?

Nuestro corazón late más fuerte cuando vivimos emociones que nos excitan sensorialmente y que nos apasionan. La pasión por hacer lo que nos gusta es un motor que nos puede llevar hasta el infinito de nuestras posibilidades, cuando actuamos apasionadamente nos dejamos llevar por la pulsión caótica de nuestros deseos que placenteramente nos transforma en un caudal torrentoso de energía que fluye, es el Eros en su irrenunciable ímpetu de goce que nos envuelve.

Cuando siento mi corazón latir me siento vivo, es difícil de explicar, pero cada momento en que siento mi pecho inflarse es un momento único, ese día no se me olvida, y es que el latido del corazón es la experiencia más cercana a la vida que tenemos, es un momento de goce único en el que sientes como la pasión por algo te envuelve y te precipitas a un infinito de regocijo personal inexplicable, es el placer de hacer las cosas solo por el placer de hacerlas, por eso el palpito del corazón no reconoce autoridad ni se somete a actividadesmonótonas que lo transforman en un engranaje de la mecánica vida diaria que llevamos, el corazón es la llama que nos conmina a no abandonar la lucha por nuestra libertad, es el fuego ulterior que inspira mis pasos cuando mis ojos están cegados por la oscuridad de un mundo materialista, el corazón es ingobernable e indómito porque su motor es la vida, la pulsión de vida, y esta es por inmanencia libre, ya lo decía Sartre; “El hombre antes de perder su libertad, nació libre”, la sed de vivir, el menester de experimentar, son necesidades propias de un espíritu eyectado al mundo, con hambre de vida, por eso nuestro corazón late cuando amamos, cuando nos regocijamos, cuando sentimos, cuando conocemos cosas nuevas, cuando hacemos las cosas que deseamos hacer, cuando conspiramos contra lo que nos oprime, cuando plantamos cara a la adversidad del día a día y seguimos creyendo en nosotros mismos reivindicándonos como seres dignos ante la mísera impuesta por el poder.

Por eso decidí hacerle caso a los pálpitos de mi corazón y caminar a su ritmo, conquistando mi libertad negándome a cualquier norma, prejuicio, o dogma que me imponga como debo vivir mi vida, decidí disparar contra mis jueces y policías mentales, y darle chance al corazón.

Por eso a todxs aquellosque caminan por ahí con el corazón en la mano, palpitando cada paso ignorando la corriente del espectáculo social, que sepan que cuando cada una de nuestras acciones se junten seremos tormentas, seremos ingobernables.

Reseñas de la Vida Cotidiana para este 2012

Un nuevo año asoma en las insípidas vidas de los "ciudadanos-as" del mundo, todas-os, como siempre, con muchas esperanzas y confianza en que este año todo saldrá bien, pagar la hipoteca, crédito aceptado, chequera nueva, autito nuevo, la universidad del niño-a, salir de vacaciones, etc. Y así comienzan, nuevamente, otro año de miseria esclava, de embobamiento masivo, languideciendo en la mecánica rutina diaria que va de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, a los niñas-os no los ven porque llegan cansados, la energía solo alcanza para echarse y prender el televisor. Otro año más, y el cuestionamiento que no surge, la psicosis diaria que se produce por la supresión de los deseos, es aliviada por necesidades falsas, inventadas por la publicidad para amenguar nuestra creciente inquietud. La vida pasa por delante de sus narices y nadie hace nada. Viven planificando sus vidas, reproduciendo lo que no tendrán y soñando lo que no es, así pueden cargar con la pesada mochila de roles que les permuto el sistema a cambio de entrar en él (claro que nunca les preguntó). Jamás la vida ha estado tan muerta, la noche de los muertos vivientes siempre fue real.
Todo lo que concebimos como real y posible, solo es viable porque se nos ha impuesto que esa es la única manera de vivir posible, porque se nos ha dicho que la historia es un continuo ascenso en la evolución, y que es el capitalismo la expresión del desarrollo de la historia, la cúspide del desarrollo humano (?), esta invención tiene su génesis en la creencia iluminista de que la razón guiaría al hombre hacia la utopía, hacia el mundo perfecto, lo único que queda claro es que para lo único que ha servido la razón, es para seguir acrecentando y refinando la esclavitud humana, por medio de la industria cultural por ejemplo, que trabaja duramente para asegurar que ningún ciudadano-a pueda saber lo que verdaderamente desea, pero sí debe saber de los fetiches mercantiles o de las oscilaciones del mundo de la moda; de esta forma llegamos a limites en donde la servidumbre es voluntaria, donde los esclavos-as se sientes felices por servir y le dan las gracias cada vez que pueden a su amo.
Cada año se gastan millones y millones de dólares en refinar las formas de control y vigilancia, y no me refiero solo al control básico en donde somos observados-as mientras actuamos de tal o cual manera, sino al control mental, en donde somos nosotros-as quienes ejercemos el control entre nosotros-as mismos-as, ya no es necesario un paco vigilando a tu lado, ¡todas-os llevamos un paco dentro de nosotras-os! Es el panóptico*. El árbol de su civilización desde donde cada ciudadano-a controla su vida y la de los demás, en realidad controla su esclavitud, porque no vive, controla que la esclavitud permanezca allí, entre nosotras-os, que cada uno-a haga lo que le corresponda, que obedezca, si yo no puedo ser feliz que nadie lo sea. Y es la razón del porque muchos-as creemos que esta en una sociedad carcelaria, porque se regocija en la supresión de los deseos individuales, para imponer necesidades artificiales que son funcionales a la perpetuación de la esclavitud moderna, para esto incurre en métodos de control mental, que obliguen al sujeto a determinar sus elecciones en pos de los intereses del sistema. Ninguna reforma a este modelo podrá eliminar la esclavitud, porque la esclavitud es parte sustancial del sistema, es el fondo, es su propuesta implícita.
No creemos en otra opción que no sea la abolición de la sociedad carcelaria, la destrucción de la sociedad y de sus valores autoritarios, la conquista de la libertad aniquilando todos los muros que ensombrezcan nuestra imaginación, porque vivimos en una sociedad basada en relaciones de propiedad, con los días programados como robots industriales, ahogados por las deudas y la presión de sostener nuestras caretas ante los demás, por responder ante los hijas-os, como un buen padre, por responder ante la novia, como un novio ideal, por responder ante tus padres, como un hijo modelo, por parecer sociable ante personas que preferirías no mirar, por tener que aguantar con cara de idiota un regaño del jefe, por asentir ante el castigo de un profesor, y por el sin fin de roles que debemos jugar sin siquiera cuestionar si nos sentimos cómodos como individuos actuando de esa forma.
Un nuevo año asoma y espero esta vez la revuelta estalle cada vez más cerca de sus narices burguesas, la conquista de la libertad está solo en nuestras manos, nadie nos dará nada, nunca lo han hecho ni nunca lo harán, que este 2012 reine el caos y que viva la anarquía.

De la miseria universitaria

Al reflexionar sobre los argumentos que constituyen nuestro posicionamiento en la cotidianidad universitaria me encuentro ante la completa ilegitimidad de estos en contraposición con la idea-discurso institucionalizada sobre el “alumno universitario” que posee el imaginario social de la universidad y por endidura sus respectivos profesores y la sociedad en general.  Digo ilegitimo y no falso o insignificante, debido a que dicha reflexión argumentada considero es valiosa en función de las indignas circunstancias generadas por el sistema desde donde nos posicionamos y actuamos, esta justificación me proporciono argumentos realmente preciosos en cuanto al sentido, la función y la prioridad que tiene la Universidad en lo concerniente a mi cotidianidad, mi proyección, y la praxis que resulta de ambas. Me explico.
Soy consciente del contexto mecanizado y autómata en el cual nos desenvolvemos diariamente, en donde la rutina, lo repetitivo, lo artificial, y lo mercantilizado son las características más comunes en un día cualquiera. (¿Que elegimos de nuestro día?, casi todas las acciones que llevamos a cabo están preestablecidas y no nacen de inquietudes personales, sino por obligaciones, ¡estamos hundidos en lo indigno de nuestra regularidad!).Con sinceridad, digo que desprecio profundamente lo que hace de nuestros días unos días grises, planos, sin color ni identidad. Soy consciente también, que esta situación es producto de las estructuras económicas y las superestructuras que generan relaciones sociales fundamentadas en el pragmatismo mercantil del negocio y que son justificadas por la autoridad que las legitima. Por tanto, identifico a la Universidad como un elemento más de esta dinámica que hace de nuestros días un abismo incoloro y frustrante, esto fundado en la clara posición clientelar del rol que jugamos como estudiantes en la universidad, y aun peor, de la definida orientación educacional, que busca formar alumnos que sean competitivos en el mercado laboral, que cumplan con la imagen que pretende proyectar para que nos saquemos los ojos compitiendo por un porcentaje ínfimo de la producción,  como viles piezas del engranaje que somos. Porque es un maldita mentira que nos educan para nuestra autorrealización, el academicismo al cual tenemos acceso nos transforma en profesionales capaces de generar mercancías y consumirlas, el proceso educativo distribuye la información con el solo objeto de que esta sea funcional a las necesidades productivas, así la porción de información a la que tenemos alcance en la universidad nos enceguece y limita, minimizando nuestras posibilidades de aprender ya que solo tiene como fin crear herramientas útiles para el mercado, creando una conciencia de repugnante “intelectualismo” siendo que solo se es parte del rol especializado que la sociedad te impuso.
Al reconocer la situación en la cual nos encontramos, decido sencillamente aprovechar las instancias que me entregan vitalidad, experiencias, y me hacen un poco más cercano a la gente que me rodea, instancias que me permiten compartir, socializar y disfrutar de los chispazos de vida que me ha entregado el azar al conocer a las personas con las que me he relacionado, dándome la oportunidad de gestionar mis proyectos con gente que piensa parecido a mí y que también cree que la mejor solución ante nuestra problemática sobre la universidad seria quemarla. Así de corta.
La etapa universitaria es la que te prepara a la vida laboral en donde terminaras de asesinar lo que te queda de niñez y pureza-si es que ya no lo han hecho-para uniformarte y alistarte en las filas de los robotizados, controlados,  conformados, idiotizados y domados que sirven sin cuestionamiento alguno a los intereses de quienes nos robaron el sol de cada día.

miércoles, 25 de abril de 2012

...Entre ellos... x Renzo Novatore


"La historia, el materialismo, el monismo, el positivismo, y todos los "ismos" de este mundo son herramientas viejas y oxidadas que ya ni necesito ni me importan más. Mi principio es la vida, mi fin es la muerte. Deseo vivir mi vida intensamente para abrazar mi vida trágicamente.
¿Esperas la revolución? ¡La mía empezó hace mucho! Cuando estés listo (¡Dios, qué espera interminable!) No me importará acompañarte por un rato. Pero cuando te detengas, ¡yo continuaré en mi loco camino triunfal hacia la gran conquista sublime de la nada!
Cualquier sociedad que construyas ha de tener sus límites. Y fuera de los límites de cualquier sociedad errarán vagabundos indómitos y heróicos, con sus vírgenes y salvajes pensamientos ¡aquellos que no pueden vivir sin planear siempre nuevos y terribles brotes de rebelión!
¡Yo estaré entre ellos!
Y tras de mí, como ante mí, estarán aquellos que dicen a sus compañeros: "¡Volveos pues hacia vosotros mismos más que hacia vuestros dioses o ídolos. Encontrad lo que se esconde en vosotros; sacadlo a la luz; ¡mostraos!"
Porque cada persona; quien, buscando en su propia interioridad, extrae lo que está
misteriosamente oculto dentro; es una sombra que eclipsa cualquier forma de sociedad que pueda existir bajo el sol.
Todas las sociedades se estremecen cuando la arrogante aristocracia de los vagabundos, los inaccesibles, los únicos, los gobernantes del ideal, y los conquistadores de la nada avanzan resueltamente.
Por tanto, ¡vamos iconoclastas! ¡adelante! ¡El presagio en el cielo ya se torna oscuro y silencioso!"



Renzo Novatore
Arcola, enero de 1920t

martes, 3 de abril de 2012

El robo del "Velasquez", texto escogido "Sombras Contra El Muro"

Aniceto no supo por qué este hombre vino a Chile, qué hizo en Francia, en Lyon, su ciudad natal; supo sí que en cierta ocasión, unos años atrás, cometió un robo: tal vez se cansó de ser obrero, de contemplar, en la imaginación, años y años de escaleras, de pinceles, tarros de pintura, de pintores que fallan todos los lunes -tampoco supo si siempre había sido pintor o contratista de pintura o si sólo tomó ese oficio en Chile-, decidió hacer algo que le proporcionara, más rápidamente, dinero en buena cantidad, no ese salario que recibía como obrero o la parte que le quedaba cuando era contratista; ¿qué podía hacer?, odiaba a los comerciantes y a los industriales, o sea, a los burgueses, y entonces llegó a la conclusión de que lo único que se puede hacer si se quiere ganar dinero sin trabajar, es robar, estafar, chantajear, pero debe ser un robo privado, secreto, que sea difícil de descubrir, con algo de misterio además, pues era individuo de cierto gusto y hubiese aborrecido ir a robar cebollas e incluso sombreros; eso estaba bueno para los palomillas, no para un anarquista, mucho más un anarquista francés: tenía que hacer honor a sus ideas y a su país, y pensó, buscó, observó, hasta caer en la cuenta de que debería robar un banco, era el sitio indicado, pero ¿cómo?, no tenía medios ni experiencia, compañeros ni conocidos -los que tenía, fuera de los obreros anarquistas o simplemente obreros, era toda gente decente, importante alguna, que lo estimaban por ser francés, un francés culto, cosa poco común en Chile, libros, filósofos, escritores, artistas, conocidos que de ningún modo le ayudarían en nada que no fuera honorable y entre esos conocidos había uno que otro que en verdad era amigo suyo, el ingeniero Godoy, por ejemplo, que en su juventud había sido simpatizante anarquista y a quien ayudó, en cierta ocasión, a cuidar a su mujer, víctima de una epidemia de viruela, arriesgó contagiarse y no le importó y Godoy quedó muy agradecido y se río mucho, no porque le hubiese ayudado sino porque en la penúltima noche, ya fuera de peligro su mujer, compró, para celebrar la mejoría, un pedazo de queso suizo o francés de muy buena familia, y como el francés dormía en un pequeño galpón y su sueño era pesado, las cucarachas le comieron los bigotes-; cambió de dirección y se le ocurrió robar en el museo, era lo más fácil, nadie queda allí de noche, sólo un loco irá allí a robar algo y ¿qué haría con ello?, los chilenos no tienen cultura, la mayoría por lo menos, y no saben qué valor puede tener un cuadro, un buen cuadro; él era francés y lo sabía; visitó el Palacio de Bellas Artes y buscó algo que fuese valioso y que se pudiera robar y vender, no en Chile, por supuesto, sí en la Argentina o en otro país, las obras de arte poseen eso de bueno: tienen el mismo valor en todas partes, no para todo el mundo, sí para los entendidos, y despues de mirar y remirar fijó su atención en un cuadro pequeño, sombrío, de marco dorado, que representaba una figura; la firma decía Velázquez y era auténtico, no una copia; durante semanas y semanas espió el movimiento del edificio, quién sale, quién entra, a qué hora se van, a qué hora llegan, con gran sorpresa descubrió un cuidador, pero el cuidador de seguro, descuidaría la vigilancia en ciertos días, los sábados, por ejemplo, o los domingos, que parecen menos peligrosos; examinó cada ventana y cada puerta, las entradas, había una bodega, una sala de refracciones, dos pisos; eligió su ventana, ésa, pequeña, fácil de manejar, de abrir, y con un formón y otras herramientas, entre ellas un pequeño diablito, , como la pequeña ventana estaba detrás de unos arbustos bastante crecidos, logró, en una hora de paciente trabajo, sacar casi por completo la ventana, no sólo abrirla, se descolgó y antes de cinco minutos salió con el cuadro envuelto ya en papeles: Velázquez. Lo llevó a su casa, una casa pobrísima en un barrio más pobre aún y no supo dónde meterlo, los hijos, pequeños aún, podían encontrarlo, ya que no existían muebles ni nada que tuviese cajones seguros, y hacer con el Velázquez quién sabe qué, mira este viejo con pera y bigote, ¿pintémosle unos anteojos?, ya, y una barba, ¿cómo le andaría?, rebien, o lo usarían para jugar al almacén o las visitas y el cuadro, que estaba avaluado en muchos miles de pesos, quedaría irreconocible e invendible. Los diarios publicaron grandes noticias del robo, era la primera vez que en el país se robaban una obra de arte, un ladrón original, hasta aquí sólo han robado gallinas y ahora, ¡dígame usted!, la ciudad subió de categoría, un ladrón de buen gusto, de seguro extranjero, tal vez el mismo que se robó o se quiso robar "La Gioconda", ¿qué hará ahora?, pudo robarse un Valenzuela Llanos, un Rebolledo, nada, se robó un Velázquez; la policía avisó a sus retenes de frontera y los gendarmes cordilleranos no supieron exactamente de qué se trataba y supusieron que el robado era un señor Velázquez o un hijo de él, ¿un cuadro?, las aduanas deben revisar los equipajes que salen por mar o por tierra, se avisó a la Argentina, a Perú, y René se sintió orgulloso: le quitó al cuadro su marco dorado, con un oro viejo y mate, y lo enrolló y no supo tampoco dón de guardarlo, enrollado era más susceptible, el barníz se saltaría o la tela se quebraría y el hombre de pera y bigote quedaría todo chueco, a pesar de ser un Velázquez; no podría venderlo ni sacarlo del país ni tenerlo en su casa ni llevarlo en el bolsillo o bajo el brazo, ¿qué hacer? Lo único que se podía hacer era destruirlo, pero era un hombre culto y pensó que no se podía hacer eso con una obra de arte, ¿cómo destruir, por gusto, algo que un artista creó con tanta maestría y buen gusto? No quiso preguntar a ninguno de sus conocidos, por ejemplo, al ingeniero, qué podría hacer con el robo, y no quedándole otro camino decidió devolverlo: lo envolvió en un papel Manila, le puso la dirección del Palacio y lo despachó por correo; perdió, en toda la operación, algún dinero y bastante tiempo, pero quedó satisfecho: era un robo casi elegante, de guantes blancos, así, ¿cómo podía mirar con simpatía el hecho de que sus camaradas robaran lo que habían robado? "¿Vamos donde René?", propuso una noche Alberto, después de beber unas copas de vino. Aniceto, más o menos alegre, contestó: "¡Vamos!", y en seguida se sorpredió de su entusiasmo, se arrepintió casi, y fueron: era un barrio sin pavimento, con hoyos y montones de basura, perros y gatos muertos, miserablemente iluminado, larga hilera de casitas de ladrillos con una pieza y un patio casi peor que la calle; los niños habían abierto trincheras y construido lagunas y amontonado una gran cantidad de ladrillos que se robaban en todas partes : tenían el proyecto de construir una pieza para estar solos, ya que sus padres peleaban a cada momento: "¡Rota mugrienta! Deberías estar orgullosa de haberte casado conmigo. Acuérdate que te saqué de un conventillo". "¿Y qué, pues? ¿Acaso vivo en un palacio?" "¡Eres una imbécil! No entiendes nada ni sabes nada." "Lo más bien que te has dado gusto conmigo: cuatro chiquillos me has hecho y sigues haciéndole empeño." Los hijos no sabían bien de qué se trataba, pero los gritos y los gestos los impelían hacia el patio, en donde peleaban ellos. Al llegar a la calleja, más entusiasmados porque venían cantando un himno revolucionario, Alberto disparó dos tiros al aire, ladraron los perros, se cerraron o se abrieron algunas puertas y un niño pequeño y flaco, según lo vieron después, abrió la puerta de la casa de René y miró: no vio más que un bulto de hombres que avanzaban saltando por los baches y gritó: "¡Papi! ¡Unos guaraqueros nos vienen a asaltar!" El padre, que no tenía su Colt, no se inmutó: nadie vendría a asaltar su casa, no existía allí nada que robar, ¿quién le iba a robar un hijo o la mujer? Era baja, morena, siempre con la cabeza revuelta, mal vestida, viva y sucia. Era raro, muy raro, ver a este hombre, francés y culto, estar casado o tener una mujer semejante, pero, al parecer, a pesar de ser francés, la quería: una buena hembra, trabajadora, fiel, y si andaba mal vestida, si hablaba como la más procaz de las chilenas, no se la podía culpar de que hubiese elegido todo eso; simplemente, le había tocado, como le tocó ese marido, y no podía sino resignarse. René debería haber pensado en todo eso, ya que era un hombre culto, pero tenía muchas otras cosas en que pensar: en su pistola, en lo que podía hacer con ella, en lo que haría, en lo que pudo hacer y con eso y con trabajar para alimentar a todos, tenía más que suficiente. Aniceto se asombró de la sordidez de la casa y del ambiente, del aspecto de la mujer y de los niños: andaban semidesnudos, sucios, desaliñados, y el que anunció que venían asaltantes era una especie de lombriz vestida con una camisa y un pantalón sujeto al hombro por una tira de género. Lucía una cara fina, casi aguzada, como de ratón, ojillos vivaces, y los amigos rieron al entrar y saber que había gritado que venían bandidos, ¿qué podían robarle a él, quién se fijaría en él?, era una pulga, un gato de suburbio; los observaba: el hecho de que dispararan un revólver les daba, a los ojos del pequeño, un gran prestigio, ¿cuál de esos hombres había sido?, examinaba a uno y otro y preguntó: "Papá, ¿quién tiró ese balazo?" René señaló a Alberto: "Este hombre, Manuelito, nunca te metas con él". Eran tres varones y una mujer, el mayor, alto, proporcionado, ostentaba una gran diferencia de rasgos; era casi hermoso, con el pelo dorado y rizado, cabeza redonda, piel blanca; parecía estar sumido en un sueño, sin oír lo que se decía y sin importarle quiénes estuviesen allí. Se llamaba también René, pero le decían Totó, apodo extraordinario en Chile para un varón y en una casa así, pero su padre era francés y él había heredado todo lo que de galo podía tener su padre. Al lado del pequeño, que era como el receptor de todo lo chileno que podía tener la madre, Totó parecía una imagen. No había allí nada que beber, nada que servir, un café o un vaso de vino, era tarde y los niños estaban con sueño: todos dormían en la misma pieza. A los amigos se les había ya desvanecido el vino y, por otra parte, no daban muchos deseos de estar allí. Era preferible la calle. Además, sin su pistola, René casi no tenía de qué hablar, salvo del tiempo o de la salud de los demás y suya; había olvidado a los escritores franceses: sólo pensaba en su Colt. Llegaría el momento en que empobrecería más, en que se desvanecería el hogar, y la pistola, sin poderla rescatar, se perdería, tal como su juventud y su edad madura, y no podría ya hacer otra cosa que detenerse en las vitrinas de las armerías y mirar las armas, en tanto El Chambeco, por otros lados, seguiría mirando las vitrinas de los restaurantes. Ninguno de los dos habría hecho nada, no pudieron, no fueron capaces, querían tenerlo todo para hacer algo, oh, no. ¿Y a cuántos les pasaría lo mismo? El tiempo fluye, viene de todas partes y pasa hacia todas partes; la ventolera es grande.

De la Inspiración y el Yo y Yo

Aletargado, ves correr el pasar constante de un flujo que enmudece tu imaginación y congela tus extremidades, rodeado por un humo denso que te empalidece.
¿Para que escribes estas lineas si no son mas que escapes nublados de romántico narcisismo? ¿O acaso tu espíritu habrá extraviado algo?
Quizá no te diste cuenta, lo extraviaste hace años y es hora de recuperarlo.
Entonces ahí estas lineas dejan de ser mas que burda cháchara autocomplaciente transformándose en el puñal que desgarra ese personaje que se sujeto a ti con el pasar de los años, que te despojo de ti mismo y olvido su libertad en las paredes del vientre de tu madre, arrojándote al abismo de las relatividades.
Relatividad que se transformo en tu única certeza, el caos vital que alumbro tu mañana volverá a arder entre los palacios de invierno, ahogando todo suspiro que yace en el núcleo de esta sociedad enferma que desprecia cualidades, por ello solo reivindicas tu individualidad, porqué de lo único que sabes es de ti mismo, las miserias colectivas ya no te atraen, esos fueron otros tiempos, ahora sumido en la nada contemplas tu conversación contigo mismo, disfrutando la mas celebre de las incongruencias, porque a ojos objetivos la belleza no se muestra, esos son los prismas de los egos divinizados que tanto aborreces, robots, maquinas del conocimiento que anulan la vida. Te enajenaste de los que te enajenaron, rajaste esa realidad perfectamente coludida para ser tu mismo y encontrarte, en la nada, en la profundidad de tu caos, en el abismo de la inconsecuencia, reconociste los albores de tu existencia y no paraste de brillar.