miércoles, 26 de diciembre de 2012

Hojas en blanco

Texto extraido de la publicacion anarquista "Voluntad" Buenos Aires Argentina, abril del 2010

Partimos de la base de que todo aquello que hacemos y queremos hacer, tanto como lo que pensamos y lo que intentamos comprender, está o intentamos que esté al alcance de todxs. Tarea necesaria para poder afinarnos nosotros y con quienes nos rodeamos, no porque sea nuestra misión  o porque nos creamos la avanzada de nada, sino porque queremos contagiar las ganas y la capacidad de recuperar las riendas de la propia vida en todos los niveles en que esta florece. Sin nadie que nos ordene ni nadie en quién delegar. Es una elección que hemos hecho. Eso sí, nunca nivelando para abajo ni adornando nuestras ideas y perspectivas para hacerlas aceptables en general, sino en todo caso tratando de explicarnos con la mayor sencillez y sinceridad posible, las veces que creamos necesarias.
Somos personas que por algún motivo vemos y nos tocan el nervio todas las injusticias y elegimos hacer algo al respecto: destruir en su totalidad la dominación y sus valores. Nos reconocemos hijos del mismo sistema de mierda y de la misma sociedad esclava (y esclavizante)  que las demás personas y tenemos la esperanza de seguir encontrándonos y batallando con personas que como nosotros quieren ser realmente libres y están dispuestas a buscar esa libertad, y la convicción de que en el camino que hay que recorrer  o en el que hay que abrir, cada obstáculo es una nueva posibilidad de aprender mas de nosotros mismos y reafirmar nuestras elecciones. Y aunque a veces acecha el temor (a lo desconocido y a otras cosas que conocemos bien), lo entendemos como un camino de ida, como una lucha que realmente vale la pena.
Sabemos que somos capaces de cosas hermosas y no tanto, y que la realización de esa posibilidad esta en nosotros, que aunque condicionados por el medio, no estamos íntegramente determinados en absoluto. Predomina nuestra intención y nuestro afán.
Y aunque este sistema se empeña en debilitarnos, asustarnos y neutralizarnos  nos queda la vorágine de nuestras pasiones, lo inquebrantable de nuestras convicciones, la potencia incalculable de nuestras elecciones. No somos una historia ya escrita, desde acá en adelante no tenemos mas que hojas en blanco.





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