sábado, 16 de febrero de 2013

¿Que harias si no tuvieras miedo?



Cuando analizamos la vida cotidiana del común de los ciudadanos vemos un factor común en sus agobiantes rutinas; la irreductible carga de transcurrir por la vida sin una determinación personal que motive sus rumbos, seres que en los más profundo de sus corazones saben que no eligieron nada. Su existencia se resume a obedecer, y la obediencia, como sabemos, es consecuencia directa de la socialización autoritaria que padecemos, donde a través del miedo se aplican los mejores varillasos a quien ose salirse del vomitivo encuadre social impuesto. El miedo enquistado como parte de la personalidad se evidencia de manera clara en la inseguridad personal y falta de determinación en las vidas de las personas, siendo esta la principal forma de reproducción cultural que posee el sistema, en donde se asume el autoritarismo y la obediencia a aceptar “la realidad” como el único camino posible dentro de nuestra existencia.
Imaginar nuestra vida sin el miedo significa quebrar nuestras barreras impuestas y auto-impuestas y descubrir nuestras capacidades y deseos en la inmensidad de lo desconocido, arrojados a la vorágine de la incertidumbre en donde nuestros sentidos y emociones se ponen a prueba, es el arrojo a la libertad aquí y ahora, significa descubrir que la vida no es gris y que existe una rosa cromática tan grande como podamos imaginar-crear en nuestra vida, es apostar por nosotros mismos, por nuestros placeres, disfrutes, sueños, motivaciones, es darle chance a nuestros corazones y vivir plenamente al galope de tus pulsaciones.
La libertad está afuera. Está en todas aquellas cosas que no han sido programadas por la razón humana, está en el momento fugaz, en la decisión autentica que no cree en ideologías ni dogmas. Es el viento fresco que seduce al caminante augurando nuevas aventuras. La libertad está afuera. Fuera de los marcos lógicos de razonamiento, fuera de su moral, fuera de las fotocopias de vida que llevan, fuera de la realidad objetiva, se encuentra mas allá del bien y el mal, sobrepasa cualquier intento de descripción científica acerca de lo “real”, la libertad al igual que la vida esta en nosotros, en vivir aquí y ahora porque es ahora o nunca, porque no conocemos de nada mas y ningún sistema nos puede impedir vivir libremente, salvaje y decididamente, sin amos ni ideas que adorar.
Por eso cuestionarse que haríamos sin el miedo es una pregunta que nos puede llevar al infinito de nuestras posibilidades. Sin el miedo lo haríamos todo, (o también nada) o más bien; nuestras posibilidades seguirían ahí, intactas, dispuestas a ser usadas, probadas, vividas o relegadas, pero estarían ahí, a nuestra absoluta disposición, esperando nuestra determinación a conocerlas.



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