martes, 14 de julio de 2015

Autocritica fraternal entre compas

Articulo extraído del Periódico anarquista "La Boina" Julio 2015

Por Síntomas de Escisión

Las discusiones, conversaciones con respecto a la sabiduría que hemos ido adquiriendo a través de la práctica, quedan obsoletas cuando se focalizan demasiado, a través de lupas que ubican a la discusión ideológica como la más importante. Stirner o Kropotkin, misantropía anticivilizatoria, poética de la deconstrucción del TAZ brillando en la oscuridad del bosque antidesarrollista  del núcleo – no núcleo de las esferas, de los átomos, del universo, de lo que soy, lo que no, lo que hago, y lo que me pongo como mochila de carga, etc, etc.

Si bien este tipo de discusiones son muy necesarias y siempre tienen que estar presentes, hay otros aspectos fundamentales que son los que mayoritariamente reconocemos; pero de los que menos llevamos a la teoría y la práctica: la práctica anti-autoritaria en nuestro cotidiano. Y esto no se trata de tener un pergamino lleno de opciones morales, sino simplemente intentar evitar llevar a cabo las acciones por las cuales optamos por posiciones antijerarquicas y ácratas.


Sabemos de antemano quienes son les compas, nos reconocemos en el progreso de este desierto, conspirando e intentando de múltiples maneras buscar un cauce, generar de a poco oasis que se multiplique e inunde de vida esta masacre llamada capital, hasta que se rompa en su totalidad. Muches plantean la necesidad de propagandear estas posiciones; sin embargo, muchas veces no somos capaces de romper nuestros mismos comportamientos jerárquicos, creyendo, y en esto se encuentra lo ideológico, que por tener una idea o un discurso, de antemano asumimos una ética horizontal en la práctica.

¿Qué es llevar a la práctica el anti-autoritarismo? ¿Y tener una posibilidad de comunidad difusa? Es plantearse hacia la reciprocidad entre todes les seres, asumiendo de esta manera el apoyo mutuo y la realización de la libertad, sea desde la trinchera que sea.

Sin embargo, muches de les que discursivamente se miran a sí mismes como antiautoritaries, les cuesta llevar estos principios a cabo entre les mismes compas, expresándose de distintas maneras la jerarquía y los vicios espectaculares del capital,              tales como los cahuines, los egos sordos, el dogmatismo, el guetto hecho secta, la falta de compromiso, la posesión y la competencia, los exagerados juicios morales, los prejuicios,              el purismo, entre otros.

Esto no quiere decir que nosotres nos sintamos moralmente perfectos; y es evidente que dentro del capital es imposible que no tengamos de algun modo esos vicios, puesto que vivimos en un mundo totalmente darwinistico y espectularizado del que no podemos abstraernos. Sin embargo, a lo que queremos apuntar es a analizar y llevar a cabo este tipo de interrogantes, para así ser más capaces de lo que somos, tener más enfocadas las energías de la    comunidad que vamos construyendo. Tener una práctica que no sea totalmente inconsecuente es un desafío diario, que debemos asumir como parte de la lucha. Y este escrito es un llamado más a romper con ciertas estructuras que tenemos, desde nuestros cuerpos hasta nuestro comportamiento social, para de ese modo con nuestras propias acciones y fortalezas hagamos verdaderamente propaganda.

Esto es un acontecer que supera toda ideología y discusiones sin sentido, es un llamado a respetarnos en un contexto de constante ataque de les enemiges; es un primer paso para ver la verdadera peligrosidad a la que podemos llegar, y es en el fondo teorizar sobre nuestras mismas prácticas para luego llevarlas a cabo.

viernes, 10 de julio de 2015

Contradicciones

En algún momento de nuestra existencia optamos por comenzar a decidir, dejar de fluir por el calmo rió de los mansos y comenzar a cuestionarnos el mundo. Con el tiempo, fuimos adoptamos ideas que nos parecieron afines, que nos apasionaron e hicieron palpitar nuestros marchitos corazones, abrazando el incesante palpitar abrupto del abismo, y la incertidumbre de no conocer mas certezas que tu pecho inflándose al sentir tus pasos guiados por una extraña mezcla de instinto y razón critica. Nos encantó la Anarquia y su vitalidad incombustible  pero con el tiempo, posiblemente nos dimos cuenta de que no dábamos "el ancho" para ser "anarquistas". Las contradicciones se hicieron cada vez mas patentes al ver que ese mundo nuevo que llevábamos en nuestros corazones contrastaba agriamente con la realidad de nuestros pensamientos y a veces incluso nuestros actos. Pero no, esto no es un llamado al pesimismo, de hecho todo lo contrario. 

La contradicción individual no debe ser evitada, debe ser enfrentada, reflexionada, abrazada como un pedazo de nosotrxs mismxs que debemos corregir o purgar. Es la representación mas patente de que la lucha debe ser individual y social a la vez, de que nuestra conciencia también esta en guerra, en una guerra consigo misma, con todos los fantasmas que la construyeron durante largos años de socialización autoritaria y capitalista. Es la mejor oportunidad para corregir lo que no nos gusta de nosotrxs mismxs y reencontrarnos con nuestro ser mas intimo, fuera de mascaras y banalidades impuestas por la sociedad.

Este duro camino hacia el encuentro con nostrxs mismxs no puede sino estar repleto de contradicciones, limitaciones del yo que forjo este lugar, pero nuestra potencialidad revolucionaria esta en creer en nosotrxs mismxs y saber que somos posibilidad, no somos entes cristalizadxs con una esencia que determina nuestro ser, somos siempre la posibilidad de auto construirnos como seres conscientes y críticos del entorno que nos rodea. Asumir la responsabilidad de nuestras contradicciones es el paso.

 No soy de creer mucho en esencias preestablecidas por lo que cuando hablo de "nostrxs mismxs" no hablo de un yo metafísico espiritual que anida en mi conciencia esperando el momento de salir, sino de la construcción sincera de coherencia entre mis ideas y mis actos que de lugar a una personalidad solida carente de inseguridades y muletillas propias de un mundo competitivo y autoritario. Creo que el no resignarse a esta lucha con unx mismx es precisamente el bastión de la lucha contra nuestros fantasmas, el asumir que hay cosas en nosotrxs que nos gustaría cambiar y hacer que cambien. Inventarnos al son de nuestros palpitos y contradicciones, recorrer esta vida con la frente en alto, sabiendo que vivimos autenticamente nuestras miserias mas intimas, enfrentando la realidad cara a cara, sin evasiones. 

Para esto es necesario alejarse de los egos, categorías y juicios creados por algunos círculos, y sobre todo en círculos "revolucionarios" donde las caretas y valoraciones a-criticas están a la orden del día,  transformando la misma "lucha política"  en una representación mas del teatro autoritario y competitivo que supuestamente se combate. Estas "valoraciones" a-criticas impiden a veces que muchxs se sinceren con sus propios fantasmas, evitando sus logicas contradicciones individuales, constituyendo individuos supuestamente "resueltos" cuando en realidad solo están mas seguros que el resto de sus propias cadenas.

Nadie esta resuelto, ni libre de equivocarse, ese maldito parámetro que nos socializo con la idea de la perfección nos hace pensar que equivocarse esta mal, cuando en realidad es el único camino para saber si lo que se hace esta bien, y no un "bien" en relación con la moral dominante  sino un bien en cuanto a nuestra propia valorización ética de la existencia. Abrasemos nuestros errores, abrasemos nuestros caminos, abrasemos la existencia.

sábado, 30 de mayo de 2015

Viva el Amor, Muerte al Romanticismo

A veces en las calles de la vida, extraviamos el rumbo, perdemos la brújula. Nos entregamos tanto a algo o alguien que olvidamos nuestro sentir, nuestro palpitar. Son ideas, conceptos que nos atan, a veces a través de sentimientos hasta desposeernos de nuestra individualidad y olvidar quienes somos y que queremos.  Me refiero particularmente a la idea de amar a alguien y olvidarse de unx mismx, el ideal romántico.
Entregarse por completo al otro desnudándose en lo mas intimo como persona y otorgarle facultades que lo capacitan para decidir sobre nuestra vida.
No quiero caer en juicios vagos, cada cual puede hacer lo que quiera con su interior y vomitarlo donde le plazca, pero no puedo dejar pasar que el ideal romántico encierra el hecho de "complementarse", de ser la media naranja, osea la principal de tus complementaciones sino la única. Creo que todos de alguna manera interactuamos con los demás entregando algo de nosotrxs, complementandonos con el medio social que nos rodea, pero el ideal romántico exige el monopolio de esta complementación, la centralización del amor en una sola persona, puesto que el romanticismo va de la mano con la monogamia. 
No quiero ser yo quien reivindique o promueva como entregar amor a los demás, pero si creo que esta idea de amar es profundamente autoritaria tanto con el ser amado como con nosotrxs mismxs. En esta ocación no quisiera hablar de celos porque creo que es una consecuencia mas que comentada acerca del amor romántico, sino que me quiero enfocar en nuestras vidas, en nuestros sueños, y lo difícil de hacerlos compatibilizar con una relación de este tipo. 
Cuando el monopolio del amor controla tus energías, tu vida se ve innegablemente reducida a privilegiar una relación por encima de otras, y valla que es difícil no caer en esta dinámica cuando amar a otra persona es un sentimiento tan potente que nos envuelve y nos ciega de cualquier tipo de razón. A esto hay que agregar el formato al cual hemos sido arrojadxs, donde se nos ha adoctrinado en el amor para toda la vida, la fidelidad, y la familia. Esto genera que cuando caemos en una relación de este tipo, cedemos a la comodidad de nuestro formateo dando rienda suelta a todo nuestro arsenal de ideas y estereotipos acerca del amor. Por eso cuando uno de los dos decide acabar, el sufrimiento y el desapego es implacable, porque nos acomodamos a ser parte de un dúo, y no a hacer nosotrxs mismxs. 
En función de esto, creo hay que cuestionar profundamente nuestra comodidad con respecto al amor romántico, dejar de apologizar a nuestras parejas por sobre nuestras "amistades", o definitivamente dejar de hacer esa separación. Descentralizar nuestro amor, y re aprender a amar/nos. Porque si hay un lugar donde no depositamos nuestro amor cuando estamos sumidos en relaciones así, es en nosotrxs mismxs. 
Muerte al romanticismo que nos atomiza y nos hace desconectar, guerra a la comodidad de depositar nuestro amor en una relación única que de tanto ser la única, termina por ser una triste replica monótona del amor impuesto por el espectáculo. Inventemos un amor que no sea único, ni sufrible, sino descentralizado, común y que sirva para elevarnos junto a nuestros cercanos y amarnos mas y mejor a nostrxs mismxs.

lunes, 4 de mayo de 2015

Sinceridad

La sinceridad; difícil posesión, de hecho, espíritu esquivo en tiempos donde lo único que prima es parecer, mentir, actuar. La dominación de la imagen como representación de "la" vida nos ha penetrado totalmente, el espíritu de lo aparente nos ha poseído. El fetiche visual eclipsando nuestros universos. Esta realidad nos empuja perpetuamente al reino de las apariencias y nos impide ser nosotras mismas. Es un manto.
Hoy buscamos ser solidarios, pero en el fondo sabes que el resto te importa una mierda porque ni siquera puedes contigo. Hoy hay que aparentar seguridad y locuacidad para ser respetado o sino eres menospreciado, hoy todos fingen ser libres ciudadanxs, libres seres revolucionrixs, cuando en su agónico interior, saben que lo único liberador es que todo estalle en mil pedazos, incluyendo sus tristes existencias.
Hoy hay que parecer "exitoso", tanto como un artista vanguardista o un yuppie de bolsa. Te dicen, "Ve y elige el camino: Y sé el mejor."(aunque solo en el mejor de los casos te lo dicen) pero ya han labrado tus deseos, han cultivado tus temores y han prestablecido tus sueños.
El camino incorrecto representa el abismo, el peligro, la derrota.
La depresión será siempre tu compañera, siempre al borde del despeñadero, sin certezas, perdido en el abrumador mar de ordenes de la sociedad. Y aun no veo puertas ni escapes. Esto sera para siempre, seremos imbéciles para toda la vida. Hemos sucumbido ante la pesada carga de vivir en sociedad, somos actores de nuestra no-vida y debemos aceptarlo.  Somos la consecuencia de este sistema horrible al que nos tocó llegar, una existencia compleja donde no podemos reconocernos como individuos. Estamos alienados y eso no cambiará, porque es el sostén básico de la sociedad moderna. Nuestra especie renuncio al libre albedrio y su consecuencia es la dolorosa necesidad de mentir(nos) para sentirnos bien, para ser socialmente "adaptados". Cotidianamente cedemos ante las labores sociales y nos damos vuelta la espalda a nosotros mismos, presos del miedo a ser diferentes, al que dirán, al juicio y a sus valoraciones. La hipocresía reina en los mas intimo de nuestro corazón porque nos enseñaron que la vida era parecer y no ser. Por tanto, ni nuestros mejores sueños de libertad y comunismo nos podrán devolver nuestra vida, ya nos la robaron.

Solo resta la venganza. El arsenal de armas cortas para desgarrar al enemigo, rajar su velo de mentiras y evidenciar el caos del devenir de únicos. Invertir los valores de apariencia e hipocresía y quemar sus palacios opulentes por el fruto de nuestro sacrificio. No esperamos el Eden, solo queremos libertad. Liberación de la imaginación del imperio de la imagen.

jueves, 7 de agosto de 2014

Fractvras EP Demo

 EP Demo desde el valle del Mapocho Hardcore Punk crudo y rabioso.

1. Ortigas
2. Una lucha conmigo mismx
3. Puñales
4. Fractvras
5. Mariposas

LINK DE DESCARGA

martes, 4 de junio de 2013

Autopoyesis, Auto regulación y Anarquía x Casilda Rodrigañez

Primer texto del libro El asalto al hades de Casilda Rodrigañez (2010). Si bien Casilda aplica directamente el concepto de autopoiesis en la sociedad pasando por alto una extensa discusion en torno a esto, el texto no deja de ser bueno, porque nos plantea una inquietud con respecto a la forma en que vemos nuestra realidad.
Quizá la palabra ‘autopoyesis’ resulte extraña para mucha gente.
‘Autopoyesis’ es un término utilizado por los biólogos Humberto Maturana y Francisco Varela para designar la capacidad de la vida de auto-organizarse y de reproducirse a sí misma. Según estos autores, un sistema autopoyético es un sistema que en vez de ser programado desde fuera,se hace a sí mismo, pero que está abierto para recibir y producir. El sistema autopoyético se define, entonces, como una organización cerrada (que se hace a sí misma y no está programada desde fuera) y una organización abierta (que produce, da y recibe).
Para comprender qué es la vida, más allá de nuestra semántica, hay que comprender que las condiciones que permitieron la aparición y la consolidación de un ente orgánico son las mismas que pueden permitir su permanencia, su equilibrio estable, su autorregulación. Por eso la autorregulación, que es, a pesar de todo, un fenómeno sensible relativamente perceptible y asequible para nuestras mentes, nos acerca a entender el concepto de autopoyesis. La vida, pues, es un sistema autopoyético con capacidad autorreguladora, en otras palabras: ni hay creadores ni hay legisladores externos al sistema.
Un motor necesita que alguien lo fabrique, necesita una fuente de energía y alguien que lo active y lo maneje. Una fábrica necesita una financiación, un@s obrer@s, un director, jefes de departamentos, encargados, etc. Cuando decimos que algo tiene vida propia, entendemos que no necesita nada de eso; proviene de la misma vida, de una larga filogénesis: se autorregula y es un ente autopoyético.
Este es un eslabón importante de la metafísica. En el mundo material, no en el mundo de las ideas, la capacidad de autorregulación, es decir, la no necesidad de algo exterior que nos gobierne, es un correlato de la autopoyesis.
No hay ningún creador, ningún ente metafísico que haya creado, planificado o legislado los sistemas abiertos de la vida; ni ningún supervisor que se dedique a velar por el cumplimiento de ley alguna. El concepto de ‘ley’, incluido el de la ‘ley natural’, es una invención con una clara intencionalidad política y social, tanto en su origen histórico como en el presente.
Recordemos que ya en el colegio nos enseñaban que la primera ley escrita data de 1800 a.c. y fué dictada por un rey (Hammurabi) que supuestamente había sido instruído a tal efecto por el dios Marduk. También los mandamientos de la Ley de Moisés fueron presentados como provenientes de Yavé, el Dios de judios y cristianos, que ha jugado y juega un papel tan importante en nuestra sociedad, etc. etc.
No es casualidad que en nuestra lengua no exista una palabra de uso común para designar este fenómeno que ahora llamamos ‘autopoyesis’.
Desde hace 5000 años (sólo desde hace 5000 años, pues antes la civilización humana estuvo profundamente impregnada de la noción de autopoyésis), dicho fenómeno, dicho concepto, se ha excluído de la Realidad de la sociedad patriarcal que funciona según diversos tipos de leyes.
Sin llegar a acuñar un nuevo concepto, Kropotkin ya habló de la autopoyesis: Lo que se llamaba ‘Ley natural’ no es más que una cierta relación entre fenómenos que vemos confusamente… es decir, si un fenómeno determinado se produce en determinadas condiciones, seguiríase otro fenómeno determinado. No hay ley alguna aparte de los fenómenos: es cada fenómeno el que gobierna lo que le sigue, no la ley. No hay nada preconcebido en lo que llamamos armonía de lo natural. El azar de colisiones y encuentros ha bastado para demostrarlo. Este fenómeno perdurará siglos porque la adaptación, el equilibrio que representa, ha tardado siglos en asentarlo.
Kropotkin avanzó lo que ahora, desde distintos campos de la ciencia, los llamados teóricos del ‘caos’ y de los ‘sistemas auto-organizadores’ y autopoyéticos, están descifrando. Tras fijar toda su atención en el sol y los grandes planetas, los astrónomos están empezando a estudiar ahora los cuerpos infinitamente pequeños que pueblan el universo.Y descubren que los espacios interplanetarios e interestelares se hallan poblados y cruzados en todas direcciones imaginables por pequeños enjambres de materia, invisibles, infinitamente pequeños cuando se consideran los corpúsculos por separado, pero omnipotentes por su número. Son estos cuerpos infinitamente pequeños… los que analizan hoy los astrónomos buscando explicación… a los movimientos que animan sus partes, y la armonía del conjunto. Otro paso más, y pronto la gravitación universal misma no será más que el resultado de todos los movimientos desordenados e incoherentes de esos cuerpos infinitamente pequeños: de oscilaciones de átomos que actúan en todas las direcciones posibles. Así, el centro, el orígen de la fuerza, antiguamente trasladado de la tierra al sol, vuelve a estar hoy desparramado y diseminado. Está en todas partes y en ninguna. Como el astrónomo, percibimos que los sistemas solares son obra de cuerpos infinitamente pequeños; que el poder que se suponía gobernaba el sistema es él mismo sólo resultado de la colisión de estos racimos infinitamente pequeños de materia; que la armonía de los sistemas estelares sólo lo es por consecuencia y resultante de todos esos innumerables movimientos que se unen, completan y equilibran recíprocamente.
Con esta nueva concepción, cambia la visión general del universo. La idea de que una fuerza gobernaba el mundo, de una ley preestablecida, de una armonía preconcebida, desaparece y deja paso a la armonía que vislumbró Fourier : la que resulta de los movimientos incoherentes y desordenados de innumerables agrupaciones de materia, cada una siguiendo su propio curso y manteniéndose todas en equilibrio mutuo.
En nuestro mundo ‘caos’ y ‘anarquía’ representan el desbarajuste, la disfunción de lo que tiene que funcionar. En nuestra lengua, quieren decir falta de ley, haciendo ver que para que las cosas funcionen hacen falta ley y gobierno: es la fuerza simbólica de los conceptos, como diría Lacan.
La fuerza de una simbología que tiene por objeto fabricar una cosmovisión en la que perdemos contacto con la vida material, perdemos la confianza original en ella y el sentido del bienestar; y en cambio, nos hace aceptar la ley y rendir nuestras vidas a los seres superiores que nos gobiernan.
La ley es, relativamente hablando, producto de los tiempos modernos. La especie humana vivió siglos sin ninguna ley escrita… escribió también Kropotkin, añadiendo: Sin sentimiento y usos sociales, habría sido del todo imposible la vida en común. No fué la ley quien los estableció; son anteriores a toda ley. Ni los ordenó tampoco la religión; son anteriores a toda religión. Se hallan entre todos los animales que viven en sociedad. Se desarrollan espontáneamente por la propia naturaleza de las cosas… Surgen de un proceso de evolución…
Kropotkin tiene que dar un rodeo para explicar qué es la vida humana; tiene que decir que la vida humana funcionaba antes que la ley y que la religión, para demostrar que los sentimientos de solidaridad son propios de la vida humana y no producto de la ley. Estos rodeos son los que siempre tenemos que dar a falta de conceptos y de representaciones que expliquen la realidad con minúscula de la vida.
Por eso el concepto de autopoyesis implica una revolución de la semántica, al menos en esta cuestión: caos es armonía, eficacia, perfección.
An-arquía es la cualidad básica de los sistemas autopoyéticos, puesto que no hay entes superiores que dicten leyes ni las mantengan: no hay Poder: la vida es an-árquica. Las formas orgánicas son al mismo tiempo, caóticas y perfectas; caóticas porque no hay un orden predeterminado ni un patrón de conducta: no se fabrican con moldes fijos ni maquetas; y son perfectas porque realizan perfectamente los procesos vitales que sustentan.
Así pues, ‘caos’ y ‘perfección’,‘caos’ y ‘armonía’, no sólo no son calificativos excluyentes sino que están estrechamente unidos. Lo mismo que la ausencia de ley está unida a la armonía, porque los fenómenos naturales, la vida, es un equilibrio que ha tardado siglos de evolución en asentarse: esa es la razón de la armonía y de la perfección, y no la ley preconcebida.
El conocimiento de la vida, su condición autopoyética y an-árquica, se oculta en medio de una profusión de información y de conocimientos dispersos. Como si estudiásemos los órganos, los tejidos y las células de nuestro organismo por separado y nos ocultasen que forman parte de nuestro cuerpo, su función y su interrelación (armónica, an-árquica) como partes de un todo. De este modo, a pesar de todos los conocimientos –cada vez más específicos, más sectorializados, como si la verdad estuviese en el interior de cada corpúsculo sólido de vida, y no en la interrelación de sus formas y procesos, en su movimiento asociativo–, y a pesar de los avances tecnológicos para estudiar la vida, como decía Saint Exupéry, lo evidente permanece invisible; invisible, indecible e impensable porque nuestro mundo simbólico y nuestra semántica ocultan lo que es la vida. Y se oculta, porque si los seres vivos tienen como cualidad la autorregulación, y si su agrupación, por muy compleja cuantitativa y cualitativamente que sea, no es jerarquización, la necesidad de cualquier tipo de gobierno o de jefatura queda en entredicho.

sábado, 16 de febrero de 2013

¿Que harias si no tuvieras miedo?



Cuando analizamos la vida cotidiana del común de los ciudadanos vemos un factor común en sus agobiantes rutinas; la irreductible carga de transcurrir por la vida sin una determinación personal que motive sus rumbos, seres que en los más profundo de sus corazones saben que no eligieron nada. Su existencia se resume a obedecer, y la obediencia, como sabemos, es consecuencia directa de la socialización autoritaria que padecemos, donde a través del miedo se aplican los mejores varillasos a quien ose salirse del vomitivo encuadre social impuesto. El miedo enquistado como parte de la personalidad se evidencia de manera clara en la inseguridad personal y falta de determinación en las vidas de las personas, siendo esta la principal forma de reproducción cultural que posee el sistema, en donde se asume el autoritarismo y la obediencia a aceptar “la realidad” como el único camino posible dentro de nuestra existencia.
Imaginar nuestra vida sin el miedo significa quebrar nuestras barreras impuestas y auto-impuestas y descubrir nuestras capacidades y deseos en la inmensidad de lo desconocido, arrojados a la vorágine de la incertidumbre en donde nuestros sentidos y emociones se ponen a prueba, es el arrojo a la libertad aquí y ahora, significa descubrir que la vida no es gris y que existe una rosa cromática tan grande como podamos imaginar-crear en nuestra vida, es apostar por nosotros mismos, por nuestros placeres, disfrutes, sueños, motivaciones, es darle chance a nuestros corazones y vivir plenamente al galope de tus pulsaciones.
La libertad está afuera. Está en todas aquellas cosas que no han sido programadas por la razón humana, está en el momento fugaz, en la decisión autentica que no cree en ideologías ni dogmas. Es el viento fresco que seduce al caminante augurando nuevas aventuras. La libertad está afuera. Fuera de los marcos lógicos de razonamiento, fuera de su moral, fuera de las fotocopias de vida que llevan, fuera de la realidad objetiva, se encuentra mas allá del bien y el mal, sobrepasa cualquier intento de descripción científica acerca de lo “real”, la libertad al igual que la vida esta en nosotros, en vivir aquí y ahora porque es ahora o nunca, porque no conocemos de nada mas y ningún sistema nos puede impedir vivir libremente, salvaje y decididamente, sin amos ni ideas que adorar.
Por eso cuestionarse que haríamos sin el miedo es una pregunta que nos puede llevar al infinito de nuestras posibilidades. Sin el miedo lo haríamos todo, (o también nada) o más bien; nuestras posibilidades seguirían ahí, intactas, dispuestas a ser usadas, probadas, vividas o relegadas, pero estarían ahí, a nuestra absoluta disposición, esperando nuestra determinación a conocerlas.