sábado, 30 de mayo de 2015

Viva el Amor, Muerte al Romanticismo

A veces en las calles de la vida, extraviamos el rumbo, perdemos la brújula. Nos entregamos tanto a algo o alguien que olvidamos nuestro sentir, nuestro palpitar. Son ideas, conceptos que nos atan, a veces a través de sentimientos hasta desposeernos de nuestra individualidad y olvidar quienes somos y que queremos.  Me refiero particularmente a la idea de amar a alguien y olvidarse de unx mismx, el ideal romántico.
Entregarse por completo al otro desnudándose en lo mas intimo como persona y otorgarle facultades que lo capacitan para decidir sobre nuestra vida.
No quiero caer en juicios vagos, cada cual puede hacer lo que quiera con su interior y vomitarlo donde le plazca, pero no puedo dejar pasar que el ideal romántico encierra el hecho de "complementarse", de ser la media naranja, osea la principal de tus complementaciones sino la única. Creo que todos de alguna manera interactuamos con los demás entregando algo de nosotrxs, complementandonos con el medio social que nos rodea, pero el ideal romántico exige el monopolio de esta complementación, la centralización del amor en una sola persona, puesto que el romanticismo va de la mano con la monogamia. 
No quiero ser yo quien reivindique o promueva como entregar amor a los demás, pero si creo que esta idea de amar es profundamente autoritaria tanto con el ser amado como con nosotrxs mismxs. En esta ocación no quisiera hablar de celos porque creo que es una consecuencia mas que comentada acerca del amor romántico, sino que me quiero enfocar en nuestras vidas, en nuestros sueños, y lo difícil de hacerlos compatibilizar con una relación de este tipo. 
Cuando el monopolio del amor controla tus energías, tu vida se ve innegablemente reducida a privilegiar una relación por encima de otras, y valla que es difícil no caer en esta dinámica cuando amar a otra persona es un sentimiento tan potente que nos envuelve y nos ciega de cualquier tipo de razón. A esto hay que agregar el formato al cual hemos sido arrojadxs, donde se nos ha adoctrinado en el amor para toda la vida, la fidelidad, y la familia. Esto genera que cuando caemos en una relación de este tipo, cedemos a la comodidad de nuestro formateo dando rienda suelta a todo nuestro arsenal de ideas y estereotipos acerca del amor. Por eso cuando uno de los dos decide acabar, el sufrimiento y el desapego es implacable, porque nos acomodamos a ser parte de un dúo, y no a hacer nosotrxs mismxs. 
En función de esto, creo hay que cuestionar profundamente nuestra comodidad con respecto al amor romántico, dejar de apologizar a nuestras parejas por sobre nuestras "amistades", o definitivamente dejar de hacer esa separación. Descentralizar nuestro amor, y re aprender a amar/nos. Porque si hay un lugar donde no depositamos nuestro amor cuando estamos sumidos en relaciones así, es en nosotrxs mismxs. 
Muerte al romanticismo que nos atomiza y nos hace desconectar, guerra a la comodidad de depositar nuestro amor en una relación única que de tanto ser la única, termina por ser una triste replica monótona del amor impuesto por el espectáculo. Inventemos un amor que no sea único, ni sufrible, sino descentralizado, común y que sirva para elevarnos junto a nuestros cercanos y amarnos mas y mejor a nostrxs mismxs.

No hay comentarios:

Publicar un comentario