La creencia irrestricta
en el individuo; todo está en sus manos, sabemos de la existencia de estructuras
sociales que predeterminan la mente, de fuerzas coactivas que en el campo de lo material condicionan incluso hasta
el extremo de generar “ilusiones” limitantes en el abanico de decisiones que
tiene el individuo creando esa sensación de que todo está dado y es el ser
quien se adapta a la situación. Pues no, yo creo que es el ser quien crea
situaciones, y depende de él dejarse arrastrar por la vorágine sistemática (conjunto
de personas que siguen las mismas normas y pautas de vida generando la ilusión
de lo “normal” imponiendo códigos y formas de actuar a los demás ) o decidir autónomamente,
y con esto no me refiero a que las ideas florezcan de su cabeza como por arte
de magia (como si no existiera lo social y la reproducción del lenguaje) sino a
que la elección entre cual de sus opciones es la mas adecuada sea auténticamente
personal, por esto considero que cualquier justificación de la realidad en términos
de sistemas totalizantes que estructuran u determinan la vida de las personas son
meras ilusiones creadas por la sociedad,
que se sustentan en el campo de lo valorico, simbólico y moral como normas
generales objetivas, es la dictadura de la objetividad de la cual habla
Maturana, el conjunto de ideas consideradas como lógicas, correctas, normales,
adecuadas, buenas, todas ellas solo son funcionales a la batería de jueces y policías
que el sistema posee para que los individuos sigan un camino unidireccional en sus vidas.
Pero a mi parecer
siempre será imposible para el sistema totalizar por completo las voluntades,
puesto que en cada individuo vivo o que supone estarlo se encuentra el germen de
la libertad, las ansias de lo
desconocido, el camino desolado que te lleva a caer en el barranco, la repulsión
a la paz y la quietud son inmanentes al ser, deseando siempre lo que no conoce,
a superar sus limitaciones y vencer sus miedos, eso es lo que el sistema no
puede prever y es nuestra gran ventaja, ser impredecibles porque no somos parte
de sus moldes.
No se confundan, no repudio
la experiencia social , de hecho todo lo contrario, pienso que estas son
elementos fundamentales en la constitución de una conciencia individual
integral y plena, en donde mientras más se experimente aun mas se cultiva
nuestra subjetividad sobre el mundo, conocerlo es imprescindible. A lo que me
refiero es a tener o construir la capacidad de decidir lo más libremente
posible nuestras situaciones para así asumirlas como propias en completa
libertad, he aquí el dilema del individuo una paradoja compleja que lo pone al
borde del despeñadero, entre la razón y la locura, borrego o rebelde.
Sabemos cuán difícil es
para alguien arrojarse al vacío de sus deseos y propias decisiones en reprimenda
de dejarle la responsabilidad al resto para que decida por ti, es mucho más fácil
delegar, mas cómodo, la sociedad está hecha para que todo sea así, para
desligar a las personas de sus responsabilidades directas relacionadas con su
vida, se delegan responsabilidades siempre, tanto en las salud, la educación,
el transporte, la economía, hasta en las
relaciones sociales en donde el mercado te hace sentirte “cerca” de tus
conocidos a través de facebook, donde se prefiere creer que somos “amigos” de
alguien solo porque comentamos sus publicaciones o le damos clic a un “me gusta”,
esto en conjunto con todas las delegaciones en nuestra vida cotidiana nos han
despojado de nuestras posibilidades de decisión autónoma, haciéndonos creer que
seguir a la norma general es la única opción posible y real. Esto representa el
despojo total de nuestro discernimiento sobre nosotros mismos y nuestras vidas,
constituyendo así la estructura social, conformada por voluntades que valga la
redundancia, voluntariamente delegan sus opciones de vivir a cambio de una vida
homogénea y predeterminada moldeada de tal forma en que ya estando sumido sea
imposible cuestionar.
Es la “comodidad” una
de las armas mas útiles de la maquinaria sistémica, la defino como una telaraña
constituida por las distintas responsabilidades básicas del individuo que
delega (o lo despojan) a la sociedad, generando esa sensación de conformidad y
al mismo tiempo mantenerlo inactivo y quieto.
Es también en el campo
de la lucha social donde el individuo es destituido de su responsabilidad
individual para legar sus fuerzas en un recipiente supuestamente mas legitimo y
representativo, me refiero a “la causa del proletariado”, en la trinchera opuesta,
la sumisión ante las llamadas “condiciones objetivas”, en donde se nos impone
el enemigo y se nos imponen nuestros compañeros o aliados. ¿Es la lucha de
clases o mejor dicho el aspecto económico, la condicionante única que determina
nuestra miseria? Si bien es el aspecto más
notorio o tácito de la miseria humana, no es el único. La terquedad con que el
marxismo intenta imponer su paradigma les hace dejar de lado el causante histórico
del sometimiento humano; la autoridad. Esta terquedad nace producto del interés
de conquistar el poder para desplegar sus métodos, lo que los imposibilita de
analizar el quid de la miseria humana, o siendo menos ingenuos, son sus ansias
por el poder lo que los coloca del lado de los autoritarios.
Pero volviendo al tema
del individuo, al momento de ponerse el rol de clase, es donde comienza a
delegar sus responsabilidades de cambiar su realidad, por objetivos dados desde
“las bases” que supuestamente buscan un horizonte mejor para todos, es ahí donde
comienza la procesión, la espera por el acumulamiento de fuerzas que en el caso
de que estalle solo conseguirá arriar una masa uniforme contra las armas
dispuestas del capital para su aniquilamiento, lo que en ningún caso contempla
individuos libres y autónomos de sus decisiones que tengan la capacidad de
libre asociarse con quien deseen, fuera de reglas ni pseudo biblias dogmaticas
incuestionables. Ante esto el obrerismo a claudicado, no ha podido superar los límites
de la industria de roles creados por el sistema.
Por esto resulta jocoso
ver como muchos piden reformar y mejorar las condiciones de miseria en las que
se encuentran, ósea que se conforman con una “comodidad” que ni siquiera les
satisface pues solo evidencian su indignidad, esa comodidad que más bien es
mediocridad es vivir esperando, mendigando, rogar por las sobras de un chancho
mal pelado.
Desde mi trinchera
reivindico la autogestión total o parcial en la medida de nuestras posibilidades
y opciones, reivindico el ilegalismo como manera de auto sustentar nuestra vida
viviendo sin permiso de nadie en completa coherencia con nuestras ideas.
Las estructuras
sociales solo guardan poder y efecto en la medida en que quienes la constituyen
las subviertan o en su oposición las ejecuten, todo su poder radica en la
obediencia incuestionable de las personas que sumidas en un pantano de miseria
y mediocridad se conforman con la pálida realidad que les impusieron. Porque
como decía Sartre estamos condenados a ser libres, según como yo lo veo, hay
dos formas de alcanzarla, el suicidio o siendo uno mismo, plantando cara al
tedio que nos imponen, porque es innegable que las condiciones materiales de
vida son indignas, y claro es mucho mas fácil acomodarse en las formas de
adornar la miseria y seguir al resto en su procesión enferma que despertar y
dar cara contra viento y marea, es mucho más fácil ser masa, ser rebaño es cómodo,
ahí descansa gran parte de la dominación al menos económica del sistema, muchos
prefieren morir lentamente que enfrentar a la muerte, pues mueran fue su decisión,
siempre estuvo en sus manos.