viernes, 27 de abril de 2012

Palpitar la Vida

¿Quién quiere darle chance al corazón? Si nuestros días transcurren y no nos damos cuenta no es porque la vida sea rápida sino porque nuestros corazones ya no palpitan la vida, solo se remiten al mecánico hecho de dotarnos de sangre para poder seguir sobreviviendo ¿Cuántas veces al día sienten a su corazón latir? ¿Alguien recuerda la última vez que lo sintió?

Nuestro corazón late más fuerte cuando vivimos emociones que nos excitan sensorialmente y que nos apasionan. La pasión por hacer lo que nos gusta es un motor que nos puede llevar hasta el infinito de nuestras posibilidades, cuando actuamos apasionadamente nos dejamos llevar por la pulsión caótica de nuestros deseos que placenteramente nos transforma en un caudal torrentoso de energía que fluye, es el Eros en su irrenunciable ímpetu de goce que nos envuelve.

Cuando siento mi corazón latir me siento vivo, es difícil de explicar, pero cada momento en que siento mi pecho inflarse es un momento único, ese día no se me olvida, y es que el latido del corazón es la experiencia más cercana a la vida que tenemos, es un momento de goce único en el que sientes como la pasión por algo te envuelve y te precipitas a un infinito de regocijo personal inexplicable, es el placer de hacer las cosas solo por el placer de hacerlas, por eso el palpito del corazón no reconoce autoridad ni se somete a actividadesmonótonas que lo transforman en un engranaje de la mecánica vida diaria que llevamos, el corazón es la llama que nos conmina a no abandonar la lucha por nuestra libertad, es el fuego ulterior que inspira mis pasos cuando mis ojos están cegados por la oscuridad de un mundo materialista, el corazón es ingobernable e indómito porque su motor es la vida, la pulsión de vida, y esta es por inmanencia libre, ya lo decía Sartre; “El hombre antes de perder su libertad, nació libre”, la sed de vivir, el menester de experimentar, son necesidades propias de un espíritu eyectado al mundo, con hambre de vida, por eso nuestro corazón late cuando amamos, cuando nos regocijamos, cuando sentimos, cuando conocemos cosas nuevas, cuando hacemos las cosas que deseamos hacer, cuando conspiramos contra lo que nos oprime, cuando plantamos cara a la adversidad del día a día y seguimos creyendo en nosotros mismos reivindicándonos como seres dignos ante la mísera impuesta por el poder.

Por eso decidí hacerle caso a los pálpitos de mi corazón y caminar a su ritmo, conquistando mi libertad negándome a cualquier norma, prejuicio, o dogma que me imponga como debo vivir mi vida, decidí disparar contra mis jueces y policías mentales, y darle chance al corazón.

Por eso a todxs aquellosque caminan por ahí con el corazón en la mano, palpitando cada paso ignorando la corriente del espectáculo social, que sepan que cuando cada una de nuestras acciones se junten seremos tormentas, seremos ingobernables.

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